En invierno se terminaron la gran
variedad de hortalizas y frutas frescas, que tanto apetecen durante los días de
verano, para dar paso a otras variedades extraordinariamente interesantes para
nuestra salud como son las crucíferas, vegetales
de hoja verde o las zanahorias.
Para empezar, cuando se acerca el
frío empiezan a prevalecer el grupo de las verduras
crucíferas, pertenecientes a la familia Brassicaceae.
Éstas incluyen alimentos como el brócoli, el brécol, la coliflor, las coles de Bruselas,
el repollo o el nabo. Gracias a sus propiedades anti-inflamatorias y anti-oxidantes,
se les atribuye numerosos beneficios para la salud, como la prevención de
ciertos tipos de cáncer o la regulación de enfermedades auto-inmunes. Unos de
los principales responsables de estos efectos son los fitoquímicos que contienen en su interior. Se trata de compuestos
sintetizados por la propia planta como mecanismo de defensa en situaciones de
estrés, y
que en este grupo de verduras destacan especialmente los denominados
glucosinolatos.
De hecho, aquellas verduras que pueden
parecer más “dañadas”, probablemente
contienen una mayor proporción de estos compuestos.

También son fuente de vitamina C,
fibra, ácido fólico y vitamina K, nutrientes igualmente presentes en las
hortalizas de hoja verde que comúnmente encontramos en invierno como las acelgas y las espinacas. Y no se acaba aquí, en esta época
también podemos encontrar las zanahorias
en su mejor punto. Éstas destacan por ser una de las fuentes principales de
carotenoides, también conocidos como pro-vitamina
A puesto que son convertidos en esta vitamina a través del hígado. Una
ingesta adecuada de vitamina A contribuye al buen mantenimiento de nuestra piel
y de las mucosas, nuestra primera
barrera de defensa frente a microoganismos patógenos.

Como curiosidad, el
característico color naranja de las naranjas es otorgado por los propios
carotenoides, los cuales actúan como pigmentos. Por lo tanto, si quieres
encontrar otras fuentes de esta pro-vitamina, escoge las hortalizas de color
rojizo o naranja como la calabaza, el boniato o el pimiento.
Te invito a que
incluyas toda esta variedad de verduras en tu alimentación habitual y que las
prepares en todas sus formas para potenciar su sabor y no aburrirte nunca.
DN Júlia Muñoz
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